Mi submundo laboral

Cuando la excusa se convierte en costumbre

Tengo un compañero en mi trabajo (llamémosle Sr. A) que es un maestro del escaqueo y hace de todo menos currar lo que realmente debería. Su personalidad requiere un detallado y exhaustivo análisis (lo abordaré en otro post futuro).

Uno de los fuertes del Sr. A es llegar tarde al curre o, simplemente, no acudir (en los últimos 6 meses saca una increíble media de un día enfermo a la semana). Para ésto último despliega su armamento de excusas, que es impresionante; aquí van algunas (ojo, son absolutamente ciertas):

1-Joder, he tenido una plaga de cucarachas en casa, ¡por lo menos 200! (¿las habrá contado?), no he pegado ojo y he preferido quedarme a dormir esta mañana, estaba hecho polvo.

2-Se me ha escapado el canario y se ha escondido detrás de la nevera, he tenido que rescatarlo.

3-He tenido que sacar al perro.

4-Me sentó mal la cena, se me cortó la digestión (al día siguiente no apareció en todo el día).

5-Me he ostiado con la moto (lleva 2 ó 3) o me ha parado la policía (otras tantas).

6-He parado a cortarme el pelo ya que he pasado cerca de la peluquería (2 horas tarde, en horario laboral).

7-Su suegra se ha mosqueado mogollón con él y tenía que arreglar una movida con ella (todo el día fuera).

8-Después de estar todo el finde de juerga no aparece un lunes (x 10 veces).

9-Los viernes (que entramos una hora antes, a las 8) aparece a las 9 (como entre semana); que se ha olvidado cambiar el despertador (muchas veces); a veces no aparece porque está malo (en su descargo diré, que desde que es padre, lo hace mucho menos).

10-(Ésta es de las mejores) Jose (dirigiéndose a su director de Arte), otras veces te he mentido pero esta vez es verdad...;-D

Y así, unas cuantas más. Hay que reconocer que, de lo disparatadas que son algunas, al final te hacen hasta gracia...seguiremos informando.

EL SR. A EN SU PUESTO DE TRABAJO

No todo es currar

También hay momentos distendidos en la jornada laboral. En este vídeo que adjunto, la víctima (Bea, alias Chispas) es obsequiada con una inesperada lluvia de trocitos de corcho que inundan su mesa y rompen su, hasta entonces, armonía matutina; el verdugo, nuestro director de Arte, Jose.